40% de los asalariados del
sector rural son pobres.
En el
documento Notas sobre el Trabajo
Decente en el Sector Rural, presentado recientemente por la FAO y la OIT se
advierte sobre “importantes déficits de trabajo decente y debilidad de las
instituciones laborales”. El documento agrega que estas deficiencias explican
en parte la persistencia de la pobreza en las zonas rurales de América Latina.
Ambos entes
señalan que las principales faltas al trabajo decente en el sector rural se
relacionan con la informalidad de los empleos, el incumplimiento del salario mínimo,
la débil sindicalización y negociación colectiva, las brechas de cobertura de
la protección social y las modalidades de contratación de mano de obra.
Se destaca
que la pobreza rural afecta a cuentapropistas,
es decir pequeños agricultores principalmente debido a la baja productividad y
la mala distribución de tierras. Sin embargo los asalariados no escapan a la
pobreza en el campo debido a la falta de acceso a un salario digno.
Según señala
el informe el flagelo de la pobreza afecta a un 60% de la población ocupada en
el campo paraguayo (asalariados + cuentapropistas).
La FAO y OIT
advierten que “La pobreza rural está estrechamente vinculada a los serios déficits
de trabajo decente en la agricultura, los cuales se manifiestan en los altos niveles
de informalidad laboral de los trabajadores asalariados, el incumplimiento de
la normativa laboral y la débil presencia de las instituciones laborales en las
áreas rurales”
En Paraguay
el 40% de los trabajadores asalariados en el sector rural son pobres, más del
60% percibe menos del salario mínimo legal vigente y la informalidad laboral en
el campo se estima entre un 80 y 85% siendo de las más altas en la región.
Esta relación
entre la pobreza y la precarización laboral encuentra también su explicación en
la baja tasa de sindicalización entre los trabajadores rurales "las tasas de sindicalización
son muy bajas en las zonas rurales de la región, lo que priva a los
trabajadores de este instrumento de defensa de sus intereses" señala el texto.
Finalmente la
OIT y FAO llaman a los gobiernos y parlamentos a diseñar y ejecutar políticas públicas
que ayuden a la existencia de trabajo decente en el sector rural.