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miércoles, 27 de marzo de 2013

El desafio de reinventarse o desaparecer


Son varias las aristas que debiéramos recorrer para entender las causas del permanente
pisoteo de las patronales, el gobierno y el sistema en general hacia la clase trabajadora. Podríamos hablar de la debilidad sistémica de un Estado desinteresado e incapacitado
para frenar los abusos patronales, mencionar causas más profundas
y estructurales, como el modelo agroexportador, entre otras.

Una de ellas tiene que ver con la herramienta con la que cuentan los trabajadores para resistir a los abusos patronales y gubernamentales  que son sus organizaciones sindicales. El modelo neoliberal,  y ciertamente las mezquindades de alguna dirigencia sindical, han
debilitado profundamente las organizaciones de los trabajadores.

Paraguay tiene hoy entre el 5% y 7% de sus trabajadores sindicalizados y solo entre

el 1 o 2% de los trabajadores están beneficiados por la Contratación Colectiva, en
su mayoría los que tienen contrato colectivo son trabajadores estatales, siendo casi
inexistente la contratación colectiva en el sector privado. Cerca de 2000 sindicatos y 8
Centrales Sindicales marcan el nivel de atomización de nuestra clase obrera.


El modelo económico neoliberal ha dejado al país con un escaso desarrollo industrial que como señalábamos afecta de manera directa a la organización de los trabajadores. Sumado a esto un legislación claramente antisindical hace que organizarse sea casi imposible.

Observemos por ejemplo que según datos de la DGEEC cerca de un 60% de los trabajadores paraguayos están ocupados en empresas que tienen entre uno y veinte empleados, a esto debemos sumarle un 10% de empleo doméstico remunerado. Vemos que 70 de cada 100 paraguayos que trabajan, lo hacen en sitios donde no están empleadas más de 20 personas.

Según  la legislación paraguaya para conformar un sindicato de empresa se necesitan al menos 20 trabajadores, con esto se ve que una gran parte, (70%) de los trabajadores queda fuera de la posibilidad de organizarse en los sindicatos tal como los conocemos tradicionalmente.

Según Luis Fuente, experto de la Oficina de OIT en Lima, el Código Laboral paraguayo, al establecer un número mínimo de trabajadores para conformar un sindicato, está contrariando a la propia Constitución Nacional, que garantiza el derecho de organización, y también a los Convenios de OIT referentes a la Libertad Sindical que fueron ratificados por el Estado paraguayo.

El Convenio 87 de la OIT señala textualmente: “Los trabajadores sin ninguna distinción y sin
autorización previa, tienen el derecho de constituir las organizaciones que estimen
convenientes (…)". Claramente las leyes paraguayas que limitan a los trabajadores
a organizarse por empresas y otras restricciones a la sindicalización, violan este
convenio ratificado por nuestro país. Estas leyes deben ser cambiadas o directamente
desconocidas en la práctica por el movimiento obrero para construir con total
libertad las organizaciones que los trabajadores necesitan para obtener sus justas
reivindicaciones.

Ante esta situación se requiere la mayor creatividad por parte de los sindicatos y centrales obreras para lograr organizar a ese 70% que como vimos esta abiertamente excluido de la posibilidad de sindicalizarse. No se debe olvidar a los desempleados, principales victimas del sistema que no genera empleos, ellos también deben verse representados en las organizaciones de trabajadores.

Varias estrategias y experiencias pueden tomarse de la historia y de lo que hoy construyen muchas centrales sindicales a nivel regional. Dejar de lado los sindicatos por empresas
y conformar sindicatos por ramas de produccion unir a todos los trabajadores que
forman parte de una misma rama de la producción. Tenemos los ejemplos de aquellos
poderosos e históricos gremios del sindicalismo paraguayo, los zapateros, ferroviarios,
los trabajadores de comercio y muchos otros que demostraron que cuanta más cantidad
de trabajadores se integren bajo una sola organización mayor será la capacidad de
lucha de esta. Agrupar más trabajadores en menos sindicatos, tener grandes organizaciones que permitan acumular la fuerza necesaria para enfrentarse y para derrotar a las patronales es la tarea urgente.

En resumen el gran desafio del sindicalismo paraguayo pasa por buscar una nueva forma de organización que permita incluir, sumar, llegar a mas compañeros y compañeras. Se trata de reinventarse, cambiar, renovarse o desaparecer.

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