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jueves, 26 de junio de 2014

ACEPAR: Neoliberalismo y despojo

En 1989, trabajadores de ACEPAR conformaron uno de los primeros sindicatos de las empresas publicas, el Sindicato de Trabajadores de ACEPAR (SITRAC), y lograron firmar el primer contrato colectivo del sector, que según cuentan los dirigentes con mayor trayectoria era un ejemplo para los obreros paraguayos y suramericanos. La situación de la empresa era floreciente, generaba ganacias al estado y dinamizaba la economía nacional y en particular le de Villa Hayes, ciudad distante a 33 km de Asunción puerta de acceso al Chaco Paraguayo.

Ya entrada la década de los 90 con el advenimiento del neo-liberalismo a nivel regional, las pésimas administraciones que se dieron en la empresa por parte de los gobiernos colorados prepararon el terreno para la privatización de la misma. A pesar de una tenaz lucha de los obreros de Acepar, que ademas de movilizaciones y marchas lograron juntar cerca de 20 mil firmas para rechazar la medida, la suerte estaba echada, en 1997 la empresa publica que fuera ejemplo fue entregada al capital privado. Sin embargo la lucha obrera no fue en vano, si bien el 66% de las acciones fueron entregadas al capitalista argentino Sergio Tasselli, el restante 33% quedo en manos de los obreros organizados en la Cooperativa de Trabajadores de Acepar (COOTRAPAR), haciendo uso de la opción preferencial de compra que garantiza la Constitución Paraguaya a los trabajadores.

Este hecho marcaba un hito histórico, era la oportunidad de demostrar que los obreros son capaces de administrar las empresas y cumplir el sueño de ser, aunque sea en parte, dueños del fruto de su trabajo, sin embargo el capital no estaba dispuesto a permitir esta “herejía” obrera.

Tras los primeros años de administración conjunta entre el capital extranjero y la cooperativa obrera, iniciaron los primeros inconvenientes. Sergio Tasselli, el empresario argentino, iniciaba un proceso de extracción permanente de dinero de la empresa sin rendir cuentas, merma en la producción, productos entregados a empresas vinculadas a socios suyos con precios subvalorados, compras sobrevaloradas que sospechosamente provenían también de empresas vinculadas a sus socios y otros pésimos manejos, llamaron la atención de los trabajadores, y co-propietarios de la empresa, quienes iniciaron campañas de denuncias.

La respuesta del capitalista Taselli no se hizo esperar, implacables persecuciones laborales, y violaciones al Contrato Colectivo de Condiciones de Trabajo, despidos, traslados y suspensiones de dirigentes y trabajadores que formaban parte del SITRAC y la COOTRAPAR. Tiempo después se sabria que Taselli tenia una “importante trayectoria” en casos similares de vaciamiento y quiebra de empresas estafando a Estados y trabajadores.

El silencio cómplice de los sucesivos gobiernos hizo que los obreros se encontraran solos. En abril de 2010, confiados una vez mas en su propia capacidad de lucha, iniciaron una Huelga exigiendo el cumplimiento del Contrato Colectivo y que se le permita a la COOTRAPAR ser parte de la administración de la empresa ya que prácticamente habían sido desplazados de esa tarea por Taselli.

El empresario argentino vio la inmejorable posibilidad de desterrar definitivamente al grupo de obreros que durante años le había ofrecido resistencia, fue así que pidió la calificación de la huelga al siempre maleable Poder Judicial paraguayo que en Noviembre de ese año accede gustoso a los deseos del empresario argentino y declara la ilegalidad de la medida de fuerza, dejando en la calle a cientos de obreros y a Taselli jugando con el arco libre.

Los trabajadores aun tenían el 33% de las acciones y capacidad de lucha para exigir la re-estatizacion de ACEPAR a fin de salvarla de la expoliación a la que estaba siendo sometida. Sin embargo, una vez mas no fueron escuchados y todo continuó igual, dejando a la fabrica en la peor situación de su historia, paralizada por meses, con precarias condiciones laborales y de seguridad, que costaron no menos de 10 vidas, dando paso a la conformación de una Coordinadora de Victimas de ACEPAR.

Pasaron 16 años y 6 gobiernos desde la privatización de la empresa hasta que asume el actual presidente Horacio Cartes, que al poco tiempo de iniciado su gobierno anuncio la “recuperación” de ACEPAR, algo que parecía impensado ya que iba de contramano con la política neo-liberal del primer mandatario, quien a la par impulsaba la aprobación de una ley que permite concesionar hasta por 40 años las empresas públicas. Aun así el anuncio genero expectativas en los golpeados obreros de ACEPAR cuyos dirigentes soportaron a lo largo de estos años persecuciones de todo tipo e incluso la prisión.

Sin embargo el capital, que como señaláramos nunca estuvo dispuesto a aceptar que unos simples obreros puedan administrar ni tan siquiera una parte de una empresa, tenia preparado el pretendido golpe final, tras haber anunciado la recuperación de ACEPAR, el Presidente Cartes decidió despojar a los obreros de su parte accionaria y volver a entregar la empresa a un nuevo grupo empresarial por 10 años, a cambio de una supuesta inversión que permita reactivar la fabrica. Llamativamente este nuevo grupo empresarial, llamado Vettorial, esta integrado por personas que a lo largo de su administración estuvieron al lado de Sergio Tasselli, el empresario responsable del saqueo, no solo quedo impune con esta maniobra si no que también continuara manejando la empresa.

El gobierno de Cartes ha concretado un despojo terrible, que completa un dantesco cuadro de situación con una fabrica que continua paralizada, con obreros en la calle y otros en extrema precariedad laboral muestra inapelable de la catástrofe neoliberal que parece vislumbrarse en el horizonte de los paraguayos y paraguayas con las privatizaciones que pretende aplicar el cartismo.

Los trabajadores reclaman ante las autoridades que le sean devueltas sus acciones, que la empresa vuelva al control estatal, el respeto a la organización sindical y al contrato colectivo y piden también el juicio y castigo a los responsables del vaciamiento de la empresa, es que el propio Cartes había reconocido que el grupo empresarial de Tasselli saqueó ACEPAR durante años, solo unos días después entregaba nuevamente la administración al mismo grupo que solo había cambiado de nombre.

Es así que cientos de obreros acompañados incondicionalmente de sus familias, como lo fue siempre durante este extenso via crucis, llegaron hasta la sala Bicameral del Congreso Nacional para denunciar el despojo del que son victimas los trabajadores y la otrora empresa publica Aceros Paraguayos desde hace casi 20 años.

“La dignidad no se negocia” es la frase que los mueve y que enarbola el principal dirigente de los obreros, Hugo Gonzalez Chirico que lleva adelante una huelga de hambre desde hace 40 días acompañando el reclamo de los trabajadores quien a pesar de estar físicamente debilitado por la medida mantiene el espíritu de lucha y estuvo presente en el recinto parlamentario.

Los trabajadores expusieron su situación frente a legisladores de sectores progresistas y ante la notable ausencia de los medios masivos de comunicación. Lograron arrancar promesas de autoridades del ejecutivo y el acompañamiento de los diputados del Frente Legislativo por los Derechos Sociales (compuesto por diputados del Frente Guasu, Avanza País y el PLRA), quienes anunciaron que en breve se abrirá una nueva mesa de dialogo entre el gobierno y los trabajadores de ACEPAR para dar respuestas a sus reclamos.

En busca de revertir el despojo del que son victimas los trabajadores continuaran con su lucha, que advierten es en realidad una causa nacional, que busca recuperar no solo las acciones y los sueños de los obreros si no también un patrimonio estratégico de los paraguayos como lo es ACEPAR.
La victoria obrera en ACEPAR podría significar el aumento de la conciencia de los paraguayos respecto al desastre que acarrean las políticas privatistas y neo-liberales y convertirse en una derrota irreversible para los planes de Horacio Cartes. Para esto es necesaria la unidad del movimiento sindical, de los trabajadores y de todo el pueblo.

Santiago Ortiz
@santiori





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