En 1989, trabajadores de ACEPAR
conformaron uno de los primeros sindicatos de las empresas publicas,
el Sindicato de Trabajadores de ACEPAR (SITRAC), y lograron firmar el
primer contrato colectivo del sector, que según cuentan los
dirigentes con mayor trayectoria era un ejemplo para los obreros
paraguayos y suramericanos. La situación de la empresa era
floreciente, generaba ganacias al estado y dinamizaba la economía
nacional y en particular le de Villa Hayes, ciudad distante a 33 km
de Asunción puerta de acceso al Chaco Paraguayo.
Ya entrada la década de los 90 con el
advenimiento del neo-liberalismo a nivel regional, las pésimas
administraciones que se dieron en la empresa por parte de los
gobiernos colorados prepararon el terreno para la privatización de
la misma. A pesar de una tenaz lucha de los obreros de Acepar, que
ademas de movilizaciones y marchas lograron juntar cerca de 20 mil
firmas para rechazar la medida, la suerte estaba echada, en 1997 la
empresa publica que fuera ejemplo fue entregada al capital privado.
Sin embargo la lucha obrera no fue en vano, si bien el 66% de las
acciones fueron entregadas al capitalista argentino Sergio Tasselli,
el restante 33% quedo en manos de los obreros organizados en la
Cooperativa de Trabajadores de Acepar (COOTRAPAR), haciendo uso de la
opción preferencial de compra que garantiza la Constitución
Paraguaya a los trabajadores.
Este hecho marcaba un hito histórico,
era la oportunidad de demostrar que los obreros son capaces de
administrar las empresas y cumplir el sueño de ser, aunque sea en
parte, dueños del fruto de su trabajo, sin embargo el capital no
estaba dispuesto a permitir esta “herejía” obrera.
Tras los primeros años de
administración conjunta entre el capital extranjero y la cooperativa
obrera, iniciaron los primeros inconvenientes. Sergio Tasselli, el
empresario argentino, iniciaba un proceso de extracción permanente
de dinero de la empresa sin rendir cuentas, merma en la producción,
productos entregados a empresas vinculadas a socios suyos con precios
subvalorados, compras sobrevaloradas que sospechosamente provenían
también de empresas vinculadas a sus socios y otros pésimos
manejos, llamaron la atención de los trabajadores, y co-propietarios
de la empresa, quienes iniciaron campañas de denuncias.
La respuesta del capitalista Taselli no
se hizo esperar, implacables persecuciones laborales, y violaciones
al Contrato Colectivo de Condiciones de Trabajo, despidos, traslados
y suspensiones de dirigentes y trabajadores que formaban parte del
SITRAC y la COOTRAPAR. Tiempo después se sabria que Taselli tenia
una “importante trayectoria” en
casos similares de vaciamiento y quiebra de empresas estafando a
Estados y trabajadores.
El silencio cómplice de los sucesivos
gobiernos hizo que los obreros se encontraran solos. En abril de
2010, confiados una vez mas en su propia capacidad de lucha,
iniciaron una Huelga exigiendo el cumplimiento del Contrato Colectivo
y que se le permita a la COOTRAPAR ser parte de la administración de
la empresa ya que prácticamente habían sido desplazados de esa
tarea por Taselli.
El empresario argentino vio la
inmejorable posibilidad de desterrar definitivamente al grupo de
obreros que durante años le había ofrecido resistencia, fue así
que pidió la calificación de la huelga al siempre maleable Poder
Judicial paraguayo que en Noviembre de ese año accede gustoso a los
deseos del empresario argentino y declara la ilegalidad de la medida
de fuerza, dejando en la calle a cientos de obreros y a Taselli
jugando con el arco libre.
Los trabajadores aun tenían el 33% de
las acciones y capacidad de lucha para exigir la re-estatizacion de
ACEPAR a fin de salvarla de la expoliación a la que estaba siendo
sometida. Sin embargo, una vez mas no fueron escuchados y todo
continuó igual, dejando a la fabrica en la peor situación de su
historia, paralizada por meses, con precarias condiciones laborales y
de seguridad, que costaron no menos de 10 vidas, dando paso a la
conformación de una Coordinadora de Victimas de ACEPAR.
Pasaron 16 años y 6 gobiernos desde la
privatización de la empresa hasta que asume el actual presidente
Horacio Cartes, que al poco tiempo de iniciado su gobierno anuncio la
“recuperación” de ACEPAR, algo que parecía impensado ya que iba
de contramano con la política neo-liberal del primer mandatario,
quien a la par impulsaba la aprobación de una ley que permite
concesionar hasta por 40 años las empresas públicas. Aun así el
anuncio genero expectativas en los golpeados obreros de ACEPAR cuyos
dirigentes soportaron a lo largo de estos años persecuciones de todo
tipo e incluso la prisión.
Sin embargo el capital, que como
señaláramos nunca estuvo dispuesto a aceptar que unos simples
obreros puedan administrar ni tan siquiera una parte de una empresa,
tenia preparado el pretendido golpe final, tras haber anunciado la
recuperación de ACEPAR, el Presidente Cartes decidió despojar a los
obreros de su parte accionaria y volver a entregar la empresa a un
nuevo grupo empresarial por 10 años, a cambio de una supuesta
inversión que permita reactivar la fabrica. Llamativamente este
nuevo grupo empresarial, llamado Vettorial, esta integrado por
personas que a lo largo de su administración estuvieron al lado de
Sergio Tasselli, el empresario responsable del saqueo, no solo quedo
impune con esta maniobra si no que también continuara manejando la
empresa.
El gobierno de Cartes ha concretado un
despojo terrible, que completa un dantesco cuadro de situación con
una fabrica que continua paralizada, con obreros en la calle y otros
en extrema precariedad laboral muestra inapelable de la catástrofe
neoliberal que parece vislumbrarse en el horizonte de los paraguayos
y paraguayas con las privatizaciones que pretende aplicar el
cartismo.
Los trabajadores reclaman ante las
autoridades que le sean devueltas sus acciones, que la empresa vuelva
al control estatal, el respeto a la organización sindical y al
contrato colectivo y piden también el juicio y castigo a los
responsables del vaciamiento de la empresa, es que el propio Cartes
había reconocido que el grupo empresarial de Tasselli saqueó ACEPAR
durante años, solo unos días después entregaba nuevamente la
administración al mismo grupo que solo había cambiado de nombre.
Es así que cientos de obreros
acompañados incondicionalmente de sus familias, como lo fue siempre
durante este extenso via crucis, llegaron hasta la sala Bicameral
del Congreso Nacional para denunciar el despojo del que son victimas
los trabajadores y la otrora empresa publica Aceros Paraguayos desde
hace casi 20 años.
“La dignidad no se negocia” es la
frase que los mueve y que enarbola el principal dirigente de los
obreros, Hugo Gonzalez Chirico que lleva adelante una huelga de
hambre desde hace 40 días acompañando el reclamo de los
trabajadores quien a pesar de estar físicamente debilitado por la
medida mantiene el espíritu de lucha y estuvo presente en el recinto
parlamentario.
Los trabajadores expusieron su
situación frente a legisladores de sectores progresistas y ante la
notable ausencia de los medios masivos de comunicación. Lograron
arrancar promesas de autoridades del ejecutivo y el acompañamiento
de los diputados del Frente Legislativo por los Derechos Sociales
(compuesto por diputados del Frente Guasu, Avanza País y el PLRA),
quienes anunciaron que en breve se abrirá una nueva mesa de dialogo
entre el gobierno y los trabajadores de ACEPAR para dar respuestas a
sus reclamos.
En busca de revertir el despojo del que
son victimas los trabajadores continuaran con su lucha, que advierten
es en realidad una causa nacional, que busca recuperar no solo las
acciones y los sueños de los obreros si no también un patrimonio
estratégico de los paraguayos como lo es ACEPAR.
La victoria obrera en ACEPAR podría
significar el aumento de la conciencia de los paraguayos respecto al
desastre que acarrean las políticas privatistas y neo-liberales y
convertirse en una derrota irreversible para los planes de Horacio
Cartes. Para esto es necesaria la unidad del movimiento sindical, de
los trabajadores y de todo el pueblo.
Santiago Ortiz
@santiori
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